viernes, 1 de agosto de 2008

Fiesta en Pekín


Sólo falta una semana para que arranquen otros Juegos Olímpicos. Aún hay tiempo para los compromisos políticos con las regiones que los acogen; para las denuncias a los intereses de las grandes multinacionales que financian las competiciones, para la condena al doble rasero moral del Norte y el Sur. En unos días todo se evaporará, nos olvidaremos de las penas de muerte y de la esclavitud infantil para prestar toda la atención a las heroicidades de los dioses modernos.

Mientras tanto, una última reflexión, de la mano de Ignacio Ramonet. No se preocupen, el tufillo de nostálgico del maoísmo se disipa tras el segundo párrafo. Pero China no saldrá de la agenda con la clausura de los JJ OO. Lo que ahora es una capa de mierda en el aire que pone en peligro la maratón, desde el 25 de agosto debería convertirse en una preocupación mundial. Fíjense sino en los datos medioambientales del final del artículo. Tenemos un problema.

4 comentarios:

Vicè dijo...

Enric González dice:

Que lleguen de una vez los Juegos. Que empiecen ya, y acabemos de una vez con todo el fárrago previo. Como los anuncios con que Televisión Española promociona la competición olímpica, abonados a la línea tecno-mutante que impera hoy en la publicidad deportiva. TVE sigue la estela de Cuatro. ¿Recuerdan a Iker Casillas convertido en algo así como Mazinger Z? En la cosa olímpica, unos cuantos atletas escogidos participan en un remedo de los X-Men. Y me pasa lo mismo que con los anuncios de la Eurocopa. La imagen de Roger Federer, ese señor tan educado y elegante, golpeando un meteorito, me parece la mejor alegoría sobre las ventajas del dopaje.

En cuanto a la voz en off, tan profunda y sugestiva, parece un canto a las maravillas del consumo abusivo de tabaco negro. Serán manías mías, pero los anuncios de las competiciones deportivas, basados en la violencia, la tribu y la monstruosidad física, me sugieren ideas curiosamente antideportivas.

Hay otra publicidad, aún más engañosa. Me refiero a la publicidad incluida en los telediarios. Siento un pálpito de tristeza cuando veo a Rosa María Calaf, un gran personaje del periodismo español, haciendo publirreportajes sobre las gigantescas obras olímpicas, el delicioso nuevo parque de Pekín o la exquisita organización china.

Todos los Juegos Olímpicos contemporáneos son, en esencia, una masiva plataforma publicitaria para una ciudad y un país. Ocurre, en este caso, que el producto chino se me atraganta. China sigue gobernada por un régimen tiránico, pese a los matices y las concesiones. China encarna la triple alianza entre dictadura, tecnología y multinacionales que puede caracterizar al siglo XXI.

Que empiecen ya los Juegos, por favor, o no me quedará estómago para verlos.

Neófito dijo...

Como siempre, muy acertado Enric González, un auténtico a la par que crítico último romántico del deporte.
El filósofo húngaro Niklas Luhmann enunció en su teoría general de la colonización de las esferas la existencia de intrusiones de las esferas más poderosas (política y economía, especialmente) en el resto de esferas (siempre haciendo una necesaria abstracción) secundarias, algo que a veces me recuerda también a las superestructuras marxistas. El caso es que qué mejor ejemplo que el deporte y en concreto los JJ.OO. para observar la validez de estos postulados en todo su esplendor.

Neófito dijo...

Por cierto, Luhmann era alemán y no húngaro, como dije antes. Queda corregido así este error mío.
Saludos!

¡LLUEVE REVOLUCIÓN! dijo...

Duda existencial: por qué traducimos "Pekín" si la fonética china no da esa palabra como resultado??será más correcto Beijing, en "pinyi", uhm...rumiando...

Zaijian (adiós, para que nos entendamos, jaja)

Besitos POP (a ver quién es el chulito que lo pone en chino,jajaaj)