lunes, 6 de octubre de 2008

El tipo de los cincuenta huevos



No me gusta unirme a las corrientes de dolor y reconocimiento cuando muere uno de los grandes. Se debe a que soy incapaz de disociar a la persona del personaje y a que la realidad suele jugar a dejarnos como a unos gilipollas. Me disgusta esta desconfianza, pero cuando leo esas emotivas necrológicas y esos homenajes tan entregados, me pregunto irremediablemente si tal poeta o cual actor pegaba a su mujer en la alcoba o gustaba de humillar a sus empleados domésticos. Cosas que tiene uno.

Escribo esto porque mucho y muy bonito se ha dicho de Paul Newman estos días. Y en esta ocasión parece que se trataba de un tipo honesto sin dobleces: nada excéntrico, familiar, solidario y humilde.

Pese a desconocer gran parte de su filmografía siempre lo recordaré porque pertenece al territorio de mi infancia y eso lo convierte en vecino de por vida. Nunca me cansaba de ver con mis padres, los domingos por la tarde, la escena final de El golpe, o ese delirio de los cincuenta huevos hervidos y la irreverencia elevada a dignidad de La leyenda del indomable.

Acabo de zamparme dos horas de cine de categoría. El veredicto final (Sidney Lumet, 1982) una película tan sencilla que ofende y, sin embargo, una sucesión de honestidad y principios profundamente emotivos.

Ahí les dejo el alegato final de Newman en la película, siete palabras que inspiran una vida:

"Los ricos ganan, los pobres están indefensos"

3 comentarios:

morena dijo...

¡Que cosa más guapa, dios!

Se le echaba de menos sr Nota

Comtessa d´Angeville dijo...

M´atreviria a dir que no he vist ni una sola pel·licula d´este home. Em perdonen? I recomanen quines vore, ja que estem. Que tinc molt de temps lliure.

Nota dijo...

http://es.movies.yahoo.com/artists/n/paul-newman/filmografia-78804.html

Ahí están todas. ¿Recomendaciones? No soy el más indicado, pero a ver: en la última, Camino a la perdición, N. está genial; También en la peli de la que hablo en el post, y claro, La leyenda del indomable, La gata sobre el tejado de zinc...